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Orígenes

 

Hay quienes establecen como el más antiguo antecedente del arte de la ilustración conocido al Libro de los dos caminos, un tratado del antiguo Egipto con instrucciones acompañadas con imágenes para el viaje al más allá. Los restos más antiguos hallados de este tratado tienen unos 4000 años de antiguedad.

 

 

 

 

 

En occidente hay que remontarse a los manuscritos iluminados, tratados religiosos con ilustraciones, realizados por monjes medievales europeos. Fantástico ejemplo es el Libro de Kells, realizado por monjes celtas irlandeses hacia el año 800.

 

 

 

 

 

 

Sobre el final del período gótico, los manuscritos iluminados fueron abarcando temáticas más amplias, ya no sólo religiosas.  Con el correr de ese siglo comienzan a difundirse en Europa los libros impresos e  ilustrados con la técnica de xilografía (y en algunos casos coloreados a mano).

 

 

 

 

 

 

 

 

Pero es con la invención de la imprenta de tipos móviles por Gutenberg hacia 1450, y la posibilidad de imprimir toda clase de publicaciones en altas tiradas,  cuando los ilustradores comienzan a ser cada vez más requeridos, y la profesión se establece definitivamente. Es el caso de Alberto Durero (1471-1528), que si bien incursionó magistralmente en diferentes ramas de las artes plásticas, podríamos definir esencialmente como ilustrador.

 

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book-of-kells-illuminated-manuscript-2.j
Hand-colored woodcut illustrations in Hi
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Adán y Eva, Albeto Durero

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